Y era tan natural cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico. (Rayuela)

domingo, 7 de febrero de 2010

Riendo sin saber por qué..



Estaba a punto de morir de aburrimiento y de pena penita pena en mi barrio, así que sin pensármelo cogí el primer autobús que me llevase al centro...A veces pienso que me he hecho adicta a la contaminación, a las luces. Aunque es probable que simplemente me haya casado de este (fuckin) barrio burgués donde la mayor inquietud de los chavales es conseguir alcohol.
Así que eso, 621, música de ascensores, delirios varios, Moncloa, metro, metro y Núñez de Balboa. Otro barrio burgués que al menos no es el mío. Hago varias paradas para deleitarme con pedazos de avenidas, barrios en cuadrícula, ¿ese tío lleva barba?, ¿ahí pone 1999?. Llego al Starbucks, café con precios astronómicos pero al menos te dan buen trato. Pido mi café de origen americano con nombre italiano y observo la mesita y al conjunto de ejecutivos agresivos que de hinchan a café y hacen cuentas. Portátiles HP, corbatas negras. Me recuerdan todos a alguien, me gustaría encontrarme a ese alguien pero recuerdo que está dando un concierto en el Rey Loui (local de Majadahonda), o en vetetúasaberdónde haciendoqué, con su camisa de cuadros y sus vaqueros petados, y probablemente las Ray-Ban. "Las ray-ban no te dejan ver las lágrimas, estoy tocado y voy a liarla otra vez, voy a quedarme un día más en la ciudad por si acaso lo empiezas a entender...". Traen mi café seguido de dos o tres gritos de "Maríaaaa" "¿¿Maríaaa??"
Bajo de mi nube de algodón y me siento por ahí. Saco mi cuaderno y empiezo a escribir esto. Cenizas entre las hojas, hago repaso de la gran mayoría de mis escritos, todos fechados. Son de los seis primeros meses del 09.
Hay un camarero que me ha llamado la atención. Tiene el pelo revuelto, barba y sonríe casi continuamente. Me hace gracia, me he cambiado de sitio para poder observarle mejor. Me siento un poco voyeur pero no importa. Habla, canta porque está marcando el ritmo con las manos, creo que es inglés, pero por desgracia mi lectura de labios no descifra lo que dice. Me estoy riendo yo sola en la terracita del Starbucks. Me vuelvo a reír. Hombre barba me acaba de mirar. Cortocircuito. Me acabo de terminar el café, ahora voy a cerrar el cuaderno, ¡viene para acá!


[Escrito en el metro, de vuelta a casa, el camarero se acercó a limpiar la mesa de al lado, y mantuve estas líneas con su persona]

-¡Hasta luego!
-Perdona...¿Nos conocemos?...-camarero con cara de circunstancia.
-risa de autosuficiencia-¿Deberíamos?

5 comentarios:

  1. deberiais las personas no se encuentran por casualidad...los starbucks dan pra muchas cosas...ejecutivoagresivo...me ha encantado!

    te sigo

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  2. qué bueno!

    la de veces que me he visto en esa situación... y nunca hago nada (todavía!)

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  3. yo nunca fuí a un starbucks ,ja, osea , acá no hay,me jodo, pero me ha hecho gracia lo del camarero y el-¿deberíamos? ,bién ,muy bién. Te dejo un cafecito , ja ,caliente claro y sin azúcar ...XD ¡Saludos!

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